A raíz de la última gira de la senadora Kirchner, nos preguntábamos por qué, Habiendo agencias internacionales, los medios argentinos habían enviado tantos periodistas a cubrir a un personaje público que desde 2003 no habla con la prensa local.
La corresponsal en Madrid del diario La Nación, Silvia Pisani, nos confirma lo que imaginábamos: la prensa argentina no pudo cubrir la gira porque no fue atendida ni convidada a ninguna de los eventos previstos para el periodismo. Los medios argentinos tuvieron que conformarse con las migajas que les caían de los cables internacionales.
Termina la nota de Pisani El pecado de ser "prensa argentina" pintando una estampa un poco triste del periodista argentino: "El viaje terminó como empezó: con los periodistas argentinos esperando, bajo el sol, tras la reja de la embajada. Sólo la traspusieron colegas españoles. Luego, la senadora se fue. Y no hubo ni ese "buenas tardes" que no se niega a nadie."
O sea, que los periodistas no sólo se quedaron sin información directa, sino que en cada intento fallido anunciado con bombos y plantillos (cuéntense, si no, los titulares que los medios le dedicaron al viaje), en cada reporte hecho en la puerta de un lugar donde el enviado no es invitado, se transmite a la audiencia el amargo sabor de lo que no pudo ser. ¿Es un lugar digno para asignarle al periodista? Si los funcionarios no respetan el lugar de la prensa, ¿no sería bueno que los propios medios cuidaran un poco más la dignidad de sus colaboradores?
Por suerte para los periodistas, parece que poca gente notó la incómoda situación en que estuvieron con relación a esta gira: según la medición N° 215 de Telesurvey, que corresponde a al periodo del 22 al 28 de mayo, apenas un 7% de los encuestados mencionó la gira de la senadora como noticia recordada de la semana.
30 de julio de 2007
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario