16 de abril de 2007

Las caras de la noticia

En un momento tan poco creíble para los índices de inflación, y tan persecutorio para los precios al consumidor, una cadena de supermercados decidió mostrar públicamente que están haciendo buena letra y que sus productos son los más baratos del mercado. Para certificar el compromiso recurren a la pareja de periodistas "César y Mónica", que prestan sus voces para decir que los precios de la cadena son los más bajos (aunque si se leen las condiciones de la promoción, no alcanza a "todos" los productos sino a algunos que pueden consultarse en un listado:http://www.carrefour.com.ar/promociones/preparate.jsp).
Si bien es común en nuestro medio que los periodistas participen en comerciales (ya habíamos hablado de otra periodista y su preferencia por un yogur: http://catedraa.blogspot.com/search/label/Ética), el tema es delicado en este caso en la medida en que los precios y sus aumentos son noticia cotidiana en los telediarios. ¿Cuál es el riesgo de que un periodista venda su cara a una publicidad presentada como pseudo-noticias?

El maestro Javier Darío Restrepo señaló en El Zumbido del moscardón: "La información del publicista es una información interesada, que busca convencer a los lectores, oyentes o televidentes sobre las bondades de un producto, nunca revelará sus debilidades o defectos. Si se trata de promover una medicina no hablará de daños o efectos secundarios, salvo que la ley obligue a dar información. Es una información parcial y parcializada y así lo deben entender todos los que reciben esa información. La que da el periodista no tiene esa limitación porque lo suyo no es vender productos, ni imagen institucional sino poner en contacto con los hechos a los receptores de información. Su mayor orgullo profesional consiste en mostrar las noticias por todos los lados para que su conocimiento sea tan completo como es posible. Esto marca una diferencia fundamental con la publicidad y explica por qué un periodista honesto diferencia con claridad la información publicitaria de la periodística".

En un época donde la credibilidad de los periodistas es un recurso a defender (porque de ella dependerá la confianza de las audiencias en las noticias), la estrategia de los publicitarios parecería ser "Si no podés esclarecer a las audiencias, confundilas".

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