16 de julio de 2007

Conferencias que no son

La polémica surgida a raíz de una nota que inculpaba a una funcionaria dio como resultado que algunos periodistas señalaran que no debería denominarse "conferencias de prensa" a los espacios usados por los funcionarios para hacer sus declaraciones. Incluso, un diario llegó a colocar el término entre comillas para referirse a la convocatoria al periodismo que hizo el Jefe de Gabinete la semana pasada (tema que tratamos en extenso en Las cosas por su nombre).

Hoy se ha registrado un nuevo hecho, que no fue consignado como conferencia, aunque el encuentro fue suspendido ante las preguntas periodísticas, como consignan los diarios en sus actualizaciones del 16 de julio:

La Nación, "Enojado, De Vido prefirió el silencio"
"Evitó opinar sobre el pedido de indagatoria a Miceli y dio por terminada abruptamente una conferencia de prensa en la Casa Rosada"

Clarín, "De Vido se retiró molesto de una conferencia cuando le preguntaron por la situación de Miceli"
"No es el tema de la conferencia". Así, seco y visiblemente molesto respondió el ministro de Planificación, Julio de Vido, cuando se lo consultó respecto a la delicada situación que afronta su par en Economía, Felisa Miceli, a quien hoy el fiscal Guillermo Marijuán pidió que se la cite a indagatoria por el escándalo de la bolsa de dinero.

El ministro de Planificación daba una conferencia de prensa por un crédito para una nueva línea eléctrica. Ante una pregunta sobre la situación de la ministra de Economía, se enojó y prefirió abandonar el lugar.

¿Cómo hacemos? ¿Las llamamos conferencias en cualquier caso? ¿O reservamos el nombre sólo para las que sean conferencias porque permiten las obvias preguntas de los periodistas?

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