Lo que para unos es un ladrón, para otros es un alterado. Y lo que era un interrogatorio "severo" y esclarecedor, terminó siendo un charla de locos:
Diario Clarín, Sociedad, 24.01.08, p. 33:
"Cayó el ladrón del corazón de Esquiú, pero no dijo dónde lo dejó"
(...) Luego de un severo interrogatorio en la Unidad Judicial Nº 1, a cargo del fiscal Penal Juan Pablo Morales, el hombre confesó que había robado el corazón del religioso pero no pudo especificar dónde arrojó la reliquia.
Diario La Nación, Nota de tapa, 24.01.08
"Sigue sin aparecer el corazón de Esquiú"
El religioso descartó también que un joven mendocino detenido ayer por la policía catamarqueña sea el autor del delito. "La policía me pidió que interrogara al detenido porque éste sólo quería hablar con un sacerdote. Lo hice y constaté que se trata de una persona con sus facultades mentales alteradas que nada tiene que ver con el robo", contó Martínez, y agregó que el joven, que se autoincrimina, da horarios y datos que no se corresponden con la realidad.
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