3 de marzo de 2008

Bienvenida la Crítica

Ayer salió la primera edición del diario Crítica de la Argentina, el diario de Jorge Lanata y equipo. A la buena noticia de la salida de un diario, se suma la actitud con la que se presenta ya desde su mismo título. Que ratificaron en el número 1 con el compromiso de cumplir con un derecho constitucional desusado en nuestro país, como es el derecho a réplica.

En una nota firmada por el abogado Pablo Jacoby, Director de Asunto Legales de Crítica, se presenta la propuesta de ejercer "gratuitamente" el derecho a réplica, que explicó de la siguiente manera en la página 36 de la primera edición:

"El derecho de rectificación o respuesta puede ejercerse con relación a informaciones inexactas o agraviantes formuladas por este medio. No dará lugar a réplica la mera opinión sobre la idoneidad personal del aludido.
A modo de ejemplo: el árbitro de fútbol X podrá utilizar este espacio si desea controvertir la información de que ha dirigido un partido favoreciendo al equipo Y por haber recibido una suma de dinero del dirigente Z. Pero la mera opinión del medio con relación al desempeño o idoneidad profesional del mismo juez no dará lugar a réplica. Es decir, no podrá replicar dicho árbitro si, supongamos, sencillamente se ha afirmado que dirigió mal o que su desempeño en la cancha fue horrible."

La definición es en sí misma un aporte al periodismo, porque deja sentado que la opinión es un derecho que no merece censura. Lo que significa también admitir críticas y opiniones de parte de otros ciudadanos con respecto a la labor periodística. Cosa tan infrecuente en los medios y entre los periodistas, como la rectificación.

Pero para darle plenamente la bienvenida a este blog, no podíamos dejar de señalar un incómodo error de la primera edición del nuevo diario. Para la sección destinada a entrevistar en profundidad a la clase política se eligió la denominación "Políticos en calzoncillos". Pero resultó que la primera entrevistada, la Lic. Ocaña, no parece (o al menos no confiesa) usar esa prenda íntima. Seguramente habrán querido hacer alusión a cierta intimidad o actitud de entrecasa que se busca descubrir en los entrevistados, pero elegir la prenda masculina es un tanto sexista. Siendo que en la soga está colgada una bombachita no hubiera costado nada elegir una expresión que no pusiera en evidencia lo que tantas mujeres pelean por revertir: que en la política o se es hombre, o hay que parecerlo. O debemos reformular la clásica pregunta [machista] por "¿Quién lleva los calzoncillos en este país?"


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