10 de diciembre de 2007

La revolución de la A

La primera medida de la primera mandataria de cumplimiento efectivo ha sido la consolidación del término "PresidenTA" (así, con énfasis en la última sílaba).

Con excepción del canal de noticias C5N y Radio 10 que mantienen la designación "la Presidente" (¿en un acto de insubordinación o de purismo lingüístico?), todos han corrido a adoptar la ultracorrección con la A.

Al respecto, la Real Academia Española, menciona que se trata de un sustantivo que tiene una morfología común, como "paciente", cuya marca de género la da los artículos y adjetivos. Aclara que es de uso corriente la palabra "presidenta", pero no es necesaria, como no es incorrecta la clásica "presidente". Así como la terminación en -nte no es discriminatoria (¿a alguien le ha molestado que la llamen "la estudiante"?), tampoco es un rasgo de militancia feminista la insistencia en la -a final.

Si es que la justicia de género sólo se consigue con las terminaciones en -a/-o, podríamos proponer también incorporar al lenguaje la declinación "estudianta", "pacienta", como la inversa "periodisto", "policío", "dentisto". O mejor aún, entender la igualdad de género en cuestiones un poco más concretas (por ejemplo, llegar al cupo mínimo en los cargos ejecutivos, ¿no?).

1 comentario:

Anónimo dijo...

ME PARECE ALGO PELUTUD"A" ESTA NOTA..de ond"a"