27 de junio de 2008

Gran Enchastro

El campo nos dio el reality show que nos faltaba este año: con cámaras infiltradas en los piquetes, vida campera compartida por periodistas citadinos con la cámara prendida a cualquier hora, transmisión en directo de las discusiones cotidianas o la mateada. De Angeli vino a ser la Marianela de este Gran Hermano (o Gran “Enchastro”, para tomar una palabra de Alfredo): fue el más “nominado” por cuanta declaración oficial había; fue apareciendo a lo largo de los días a pesar de que al principio era uno de tantos; no le importó mostrar sus intimidades dentales en cadena; tiene su propio club de fans. Y semana tras semana resiste la votación del rating.

Cada tanto la gente encarna en alguien su deseo de verse reflejado en la pantalla. De Angeli puede ser visto como un hombre corriente, que habla fácil sin decir simplezas y que supo arrebatar el micrófono que los medios suelen reservar a los de siempre. Mientras los periodistas todavía no aciertan con su nombre o su cargo, la gente identificó rápidamente este hombre común, tan poco común. A falta de otros De Angeli en pantalla (quizás porque las cámaras no fueron a todos los piquetes, quizás porque no todos tienen tanta decisión escénica ni rindieron tanto), se quedó, de facto, con una representación impensada al inicio del conflicto. Dice Bauman que si la TV guía al mundo es por que lo sigue. Bien podría ser ése el secreto de Alfredo.

Columna publicada 27/6/08 en Crítica de Argentina, "De Angeli Superstar"

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Acabo de leer la columna. Estoy en el trabajo y entre en criticadigital.com para leer la edición impresa y me encontré con la columna de la profesora. Automáticmaente la leí y me quedé con esta frase:
"Dice Bauman que si la TV guía
al mundo es porque lo
sigue. Bien podría ser ése
el secreto de Alfredo."

Me vine al blog a ver si había algun comentario respecto de la columna y la encontré publicada aquí también. Excelente. Si faltaban explicaciones para aclarar quién es Alfredo De Angeli y comprender el el fanatismo que genera en el público, ha sido todo aclarado.

También es curioso ver las imágenes que levantó perfil.com sobre los mensajes que la gente pegó en la carpa verde del Congreso. Todos están dirigidos a "Alfredito". Incluso algunos tienen faltas de ortografía o dibujos hechos por los chicos. Realmente me recuerda al fenómeno Marianela Mirra en Gran Hermano. No se si reir o llorar.

Me gustó mucho la columna. Muy elocuente.

mvsimon

Belen Igarzabal dijo...

Excelente nota y análisis.
Coincido. De Angeli cumple con todos los requisitos del Reality show... es uno "como nosotros", genera identificación, se muestra "como es", no tiene problemas en tener un discurso provocador en los medios y hasta su familia lo apoya desde la televisión. El otro día en Mañanas Informales le dieron la sorpresa de un llamado de su madre en directo y se emocionó de manera muy espontánea.
Dentro de una posmodernidad de apariencias donde la verdad ha muerto, De Angeli se muestra como lo más aproximado a la "autenticidad" dentro de los últimos tiempos de debate político.

Tao777 dijo...

Lo de este tipo es inexplicable, todo su discurso es incoherente e infantil, es insólito que despierte tanta repercusión, yo no lo entiendo.
Está tan quemado como Carrió, no lo digo para ofender realmente me gustaría saber que es lo que engancha, quizás sea lo que vengo pensando hace rato, no conozco ningún adulto, todos son niños jugando roles preprogramados como cuando en el jardín de infantes se jugaba a la mamá y al papá, no existe capacidad de pensar y de repreguntar, de cuestionar lo establecido. Lei la nota en crítica y me indigné, lo de Ernestina es increíble, cada vez más Noble que País. Es verdad que la realidad argentina es un meollo inentendible pero con esta clase de medios de comuncación, con los intelectuales alineandose como corderitos, cuando no estan a sueldo de las grandes corporaciones, es imposible hacerse un panorama real de lo que verdaderamente está sucediendo. Se relata la Argentina como si fuera una isla, y no se pone el problema en contexto, existe una crisis mundial en ciernes aún no resuelta, y las grandes empresas de alimentos que son cinco en el mundo ni se nombran. Pero claro, siempre hay espacio para alfredito.